Desde
el 2008 AA ha sido administrada por el kirchnerismo como "caja"
propia de la mano de dirigentes camporistas. Pablo Biró, titular de APLA fue
parte del directorio de la empresa hasta el mes pasado cuando fue desvinculado
del mismo. El déficit de Aerolíneas Argentinas llegó a US$38 millones, monto
que este gobierno no quiere financiar.
Como
hemos visto, cada acción que toma cualquiera de los gremios burocráticos aeronáuticos,
afecta toda la actividad de la empresa con alta repercusión mediática. Pero aun
así el gobierno ha tomado la delantera y amenaza con la privatización total o
el desguace de la empresa.
Fallo
teórico
La historia de AA demuestra que no se puede
conciliar capital y trabajo; que la idea de que el Estado puede regular a la inversión
privada no lleva a ningún beneficio para la clase obrera. Esta situación pone
en una encrucijada a los trabajadores que no encuentran una respuesta contundente
para poder frenar la embestida del gobierno capitalista de La Libertad Avanza.
Sus dirigentes tampoco apuntan a unir y nacionalizar el conflicto.
El
rol que juega el peronismo en este conflicto también le cede la iniciativa al
gobierno en la batalla ideológica que se da en torno a las medidas gremiales.
Porque para la elite empresarial y su gobierno estas acciones son salvajes y afectan
a la libertad de la población. Niegan así que los que arruinan la economía y la
soberanía del país son los intereses de las grandes corporaciones
empresariales.
Por
el contrario, la unidad de los gremios aeronavegantes y la nacionalización del
conflicto busca movilizar a la población en defensa de sus intereses y su patrimonio.
El
silencio de la CGT (Confederación General del Trabajo) es vergonzoso y una
muestra más de que el proyecto de arruinar a la línea aérea de bandera
argentina para servirla en bandeja a intereses extranjeros, no es sólo de este
gobierno sino que es compartido por un enorme arco de la dirigencia política
nacional que prefiere rematar al país antes que ponerla en manos de los
trabajadores.
Más responsabilidades
Tal
vez la mayor necesidad que padecen las y los trabajadores de AA sea la falta de
una dirección consecuente y clasista. Esto se debe, en gran parte, al vacío que
dejan los dirigentes peronistas por el desprestigio de tantas traiciones hacia
los luchadores que no está ocupado todavía por ningún otro sector; ni siquiera
por los partidos de la izquierda. La mayoría de estas fuerzas también han
jugado un papel equivocado en los últimos años, poniendo su mayor esfuerzo en
el desarrollo de la fuerza electoral que en la construcción de un activismo clasista
y consecuente. Llevando así a numerosos trabajadores y activistas que fueron
rompiendo con el peronismo hacia una estrategia parlamentaria. Para muchos de estos
luchadores, la izquierda es hoy un apéndice del peronismo y La Cámpora.