Editorial Nº70 - 12 de diciembre del 2025

11.12.2025

OTRO AÑO DE MISERIA CAPITALISTA

En términos de la estadística manipulada por el INDEC, se habría reducido la pobreza en Argentina a un 31,6% de la población, desde el pico del 54,8% de enero de 2024.

Aunque el gobierno la presenta como una mejora extraordinaria, es una gran vergüenza: significa que en nuestro país 15 millones de personas son pobres. Pero la realidad es mucho peor. Se trata de una estadística manipulada porque no tiene en cuenta adecuadamente el peso de las tarifas, los servicios públicos y el alquiler en el consumo de los hogares, sino que hace hincapié sobre todo en el nivel de ingresos, teniendo un importante peso el nivel de aumento y actualización automática de la AUH (Asignación Universal por Hijo) y de la Tarjeta Alimentar. Es decir, millones de personas sobreviven, al igual que en el gobierno peronista, con la ayuda de los planes sociales.

El experto en "crecimiento con o sin dinero" no ha creado un miserable puesto de trabajo nuevo, antes bien se han perdido miles de empleos y otros miles han pasado a la informalidad.

Además, esos números del INDEC son una foto, una postal. Si se analiza la película en movimiento, el endeudamiento y la morosidad en los créditos personales, la pérdida de empleos registrados y el débil crecimiento económico, presagian una caída más pronunciada aún del nivel de pobreza hacia adelante.

A nivel estructural, Argentina prosigue el estancamiento crónico que se arrastra desde los años 2008-2010, cuando se abrió una nueva fase de la crisis económica mundial, con la entrada en una virtual recesión de la economía capitalista de China y la caída de grandes conglomerados capitalistas como Lehman Brothers.

En Argentina, alrededor del 40% de la población trabajadora se encuentra en la informalidad, que sigue creciendo, en detrimento del empleo registrado

Milei: un gobierno débil sostenido por el imperialismo

Dos veces el gobierno de Milei estuvo a punto de colapsar este año, y dos veces fue rescatado, en abril por el préstamo del FMI y en setiembre directamente por el Tesoro de los Estados Unidos. Con esos salvatajes extraordinarios, pudo mantener "planchado" el dólar para que no se dispare la inflación, tirando la pelota para adelante. Sin la ayuda del imperialismo por un lado y de la complicidad del peronismo, en el terreno político y sindical, por el otro, Milei no habría podido sostenerse, porque no tiene sectores de masas que lo apoyen, pese a haber ganado las elecciones ante la debacle del peronismo. Millones no fueron a votar y millones de los que lo votaron lo hacen para no tener que soportar de nuevo al peronismo corrupto y hambreador. Pero sigue en pañales para acometer la tarea de las reformas estructurales, como llaman los grandes capitalistas a terminar con todo tipo de protección laboral, elevar la edad jubilatoria, disminuir drásticamente los gastos en seguridad social, salud y educación, para abrir un ciclo de grandes inversiones imperialistas. Aun así, esas inversiones no tienen otro horizonte que las actividades extractivistas de la minería, el petróleo y el gas, con poca generación de empleo y un grave daño —por su explotación irracional— al agua, los bosques y el territorio.

Todo lo que puede ofrecer el capitalismo en la etapa actual, es inversiones en determinados sectores, muy puntuales, que le garanticen un rápido retorno de utilidades. En el año 2024, el Foro Económico Mundial en Davos adoptó y popularizó el término "policrisis" para describir el panorama de riesgos globales económicos, climáticos, geopolíticos y sociales. Traducido quiere decir que harán negocios donde puedan, porque hay un levantamiento generalizado de las masas en el mundo contra las consecuencias de la crisis capitalistas, levantamiento que por ahora no pueden frenar.

El peronismo: un cadáver maloliente que hay que terminar de enterrar para construir una nueva dirección de la clase obrera, independiente del Estado y de los patrones

Con la de octubre, el peronismo perdió una elección nacional por tercera vez consecutiva (elecciones de legisladores en el 2021, balotaje de Massa contra Milei en diciembre de 2023 y la del pasado 26 de octubre). Reflejando un proceso que es mundial, las masas están protagonizando una revolución política, una ruptura con las viejas direcciones, en este caso con el partido que organizó a la clase obrera desde 1945 en adelante.

Este abandono y justo odio hacia el partido que monopolizó la conducción de la clase trabajadora, para entregarla atada de pies y manos a los planes capitalistas, es enormemente progresiva, porque abre la posibilidad de organizarse en forma independiente de todo tipo de patrones. La burocracia sindical es una casta privilegiada siempre al servicio de los patrones, antes apoyando a Cristina, Alberto y Massa, ahora callando ante el ajuste de Milei, salvo declaraciones inocuas, lo mismo que ante Kicillof, que aplica el ajuste sobre los estatales bonaerenses, además de continuar con la miseria capitalista que es la provincia de Buenos Aires de conjunto. Ahora, esa traidora burocracia, continuando con el apoyo a Milei, se prepara a marchar en forma inofensiva el 18 de diciembre, contra la reforma laboral, después de haber acordado con el gobierno su demanda principal, que es el mantenimiento del cobro de las cuotas sindicales. No les interesa otra cosa que su bolsillo. Plantean un plan de lucha gradual. ¿Acaso no está claro lo que Milei y los grandes patrones pretenden? El gradualismo es en realidad una manera elegante de maquillar su traición, desviando todo hacia la negociación en el Parlamento y el reclamo en la justicia

Para derrotar la Reforma Laboral tendremos que organizar desde abajo una lucha directa con paros y movilizaciones. Así está empezando a ocurrir en las luchas actuales, donde los trabajadores, para defenderse de los despidos y las suspensiones, para luchar por aumento salarial, para enfrentar los ajustes, deben enfrentar y pasar por arriba de las viejas direcciones peronistas en los sindicatos y empresas. A nivel popular, vemos como enormes movilizaciones como la de la lucha por la defensa del agua en Mendoza, se organizan en forma independiente de las viejas y corruptas conducciones políticas (ver aquí) Ese es el camino, hay que organizar un polo independiente de todos los partidos patronales, impulsando el Argentinazo para poder derrotar el ajuste del gobierno, sus reaccionarias reformas y todo su plan de conjunto.

El FITU y sus satélites: una experiencia terminada y en retroceso, por su capitulación al kirchnerismo

El FITU, así como las formaciones satélites que pululan a su alrededor como el Nuevo Mas, Política Obrera y otros grupos menores, han sido incapaces de aprovechar la debacle del peronismo para nutrir sus filas de honestos activistas obreros y populares que rompieron con el peronismo y el kirchnerismo. La razón es muy simple: son una copia rosada de kirchnerismo, al que vienen apoyando cada vez menos disimuladamente, primero votando numerosas leyes impulsadas por el gobierno de Massa, Cristina y Alberto, luego en el balotaje llamando a votar a Massa, más tarde conformando un interbloque parlamentario con Unión por la Patria y finalmente dándole apoyo político y moral a la corrupta ricachona y dirigente burguesa Cristina, hasta el colmo de ir a tomar el té a su casa, para expresar su solidaridad. Perdieron la gran oportunidad de ser una alternativa para la clase trabajadora, por su integración al régimen burgués, del que medran a través del manejo de planes sociales, cooperativas, y de los fondos por su participación electoral y del ingreso de los cargos obtenidos como diputados nacionales, provinciales y concejales.

Reforma o Revolución

La razón última del retroceso de las viejas direcciones como el peronismo en Argentina, el castro-chavismo en Venezuela, el Mas de Bolivia, así como la rápida liquidación de formaciones nuevas como Podemos en España o Sryza en Grecia, es que la crisis capitalista mundial no deja lugar para reformas o mejoras dentro del sistema capitalista. La alternativa es de hierro: o siguen dominando los grandes conglomerados capitalistas para mantener un absurdo 1% de la población en la opulencia, mientras crecen los excluidos, persisten las guerras y la degradación del medio ambiente, o la clase obrera se organiza para tomar el poder por medio de una revolución y comienza a organizar racionalmente la economía. Por eso tampoco pueden ser alternativa grupos como el Fitu de Argentina, porque son reformistas, aunque se auto perciban como revolucionarios, marxistas o trotskistas, unas etiquetas que nada tienen que ver con lo que realmente son: vulgares arribistas que plantean las elecciones como su tarea central, para presentar proyectos y más proyectos de leyes progresistas, apoyar cuanta ley simpática ande por ahí con tal de ganarse la simpatía de sus votantes (y la condescendencia de los dueños de la riqueza y el poder, que hasta los aplauden cuando terminan con sus mandatos, como propuso —y logró— Martín Menem en ocasión de finalizar el anterior mandato Myriam Bregman). Allí donde logran dirigir, como ocurriera en el gremio del Neumático o en Suteba de Buenos Aires, terminan perdiendo el apoyo de las bases, ante su manifiesta orientación sectaria, oportunista y burocrática.

No hay posibilidad de reformar este sistema capitalista en descomposición, sino que hay que llamar a las masas a transformar sus enormes esfuerzos de luchas y movilizaciones, en un levantamiento organizado para derrotar al gobierno, mediante un Argentinazo que lleve al poder a la clase trabajadora y al pueblo pobre, para desde el poder del Estado iniciar una transición económica y social hacia el socialismo, liquidando el poder de los grandes empresarios y poniendo la riqueza que toda la sociedad produce, al servicio del bienestar de las mayorías.

Sólo un gobierno de la clase obrera abrirá el camino para la solución del empleo, el consumo, el acceso a los servicios, el cuidado racional del medio ambiente y la seguridad ciudadana, así como el derecho real y no formal de las minorías oprimidas y la liberación de la mujer en general y de la mujer trabajadora en particular, doblemente oprimida por el sistema capitalista y el machismo patriarcal.

Nuestra propuesta

Desde el Nuevo PST queremos hablar claro y franco: luchamos por un gobierno obrero y popular y para lograrlo hay que reagrupar a los revolucionarios en un partido como el que estamos proponiendo. Luchas sobran; hombres y mujeres capaces, abnegados y combativos también. Pero debemos centralizarnos alrededor de una salida y un programa revolucionario, que abra paso a un gobierno propio, un gobierno de la clase obrera y el pueblo trabajador, con sus propias instituciones democráticas y de poder. En ese sentido, esta semana la lucha del pueblo mendocino nos deja una clara enseñanza: el pueblo se organizó y marchó, investigó y fundamentó su oposición al envenenamiento del agua. Adentro, en esa mentira de democracia que es el Parlamento burgués, un puñado de legisladores corruptos votó en favor del gran capital, de los responsables de la pobreza y la destrucción de la naturaleza para seguir con sus privilegios de clase

  • Fuera Milei y sus aliados!
  • Fuera el peronismo!
  • Por un gran Argentinazo para que se vayan todos!
  • Por un gobierno obrero y popular!
  • Vení al Nuevo PST para luchar por esos objetivos!



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