
Editorial N°60 - 03 de julio del 2025

YPF: Estafa al pueblo del imperialismo y el kirchnerismo
Loretta Preska, jueza superior de a Cámara de Apelaciones del segundo circuito del Distrito Sur de Nueva York en Estados Unidos, dispuso que el Estado argentino le transfiera el control accionario del 51% de las acciones de la empresa petrolera YPF al fondo Burford Capital, manejada por los banqueros Christopher Bogart y Jonathan Molot con sede en Londres. El fallo resulta un robo a mano armada del patrimonio nacional a cargo del imperialismo cuyo resultado es el producto de la estafa organizada sobre YPF por el peronismo, y más precisamente por Cristina y Nestor Kirchner. El gobierno de Milei apeló solicitando la suspensión del fallo, argumentando que es inaplicable.
El fallo muestra que la justicia capitalista del régimen democrático burgués defiende los intereses de las clases dominantes, banqueros, corporaciones y millonarios contra los intereses de la clase trabajadora y el pueblo. Los gobiernos capitalistas de Argentina harán pagar con el hambre del pueblo los millones que se disputan los ricos grupos empresariales imperialistas y argentinos favorecidos por los negociados de YPF. A su vez, los hechos interpelan a todas aquellas organizaciones peronistas y de izquierda que salieron en defensa de Cristina Kirchner cuando fue detenida por haber robado fondos públicos: ahora esas organizaciones como La Cámpora o el FITU que fueron a la casa de Cristina a apoyarla, deberán explicar porque defienden a una burguesa corrupta cuyas actividades delicitivas significan una estafa al pueblo, que pagaremos los trabajadores con hambre y desocupación.

Loretta Preska
La falsa "nacionalización" de YPF hace millonarias a las multinacionales
El fallo de Loretta Preska es el resultado directo de la estafa organizada por los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner que presentaron en su momento como una supuesta "nacionalización" o "estatización" la entrega de YPF a diversos grupos capitalistas. Esa medida fue tomada el 16 de abril de 2012 por la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner con un proyecto de ley que declaró el 51 % del patrimonio de YPF de utilidad pública y sujeto a expropiación. YPF había sido fundada como empresa estatal en 1922, y había sido privatizada por el gobierno peronista de Carlos Menem en 1999. Las acciones de YPF que cotizaban en Wall Street fueron compradas por la española Repsol, que se hizo con el control del 97,81 % de la empresa por un monto de alrededor de U$S15.000 millones de dólares.

Cristina Kirchner, el peronismo y el kirchnerismo hicieron una furibunda campaña de que el proyecto que impulsaban era una "estatización" que iba a permitir la "soberanía energética". El peronismo y muchos partidos de izquierda plantearon que las medidas de Cristina eran "progresivas y antiimperialistas", pero todo eso eran mentiras con las que el peronismo, el kirchnerismo y los grupos de izquierda engañaron al pueblo. Las medidas de Cristina lo único que hacían era una reventa de las acciones, es decir, YPF seguía siendo una empresa privada, seguía manteniendose como Sociedad Anónima y seguía cotizando en Nueva York. Con esas medidas lo único que hizo el gobierno de Cristina fue sacarle las acciones a unos capitalistas para entregárselas a otros.
Cristina revendió las acciones que se le compraron a Repsol que "salía" de YPF a precios altísimos, un negocio fabuloso para Repsol que se llevó una fortuna, mientras que otras petroleras imperialistas como Chevrón y Shell y otras empresas imperialistas "entraron" a los diversos negocios de YPF. Todo el negociado y la estafa de YPF organizada por el kirchnerismo terminó en demandas donde los capitalistas terminan haciendo juicio al estado argentino para ganar dinero. Finalmente, esos juicios los definió la jueza Preska en tribunales de Nueva York. ¿Y quién va a pagar esta pelea de capitalistas por las ganancias y riquezas de YPF? Lo paga el pueblo con hambre, pobreza, jubilaciones de miseria, salarios de pobreza, y desocupación masiva, mientras banqueros, multinacionales, corporaciones y capitalistas se llenan los bolsillos. Vamos a ver ahora paso a paso como los Kirchner organizaron la estafa al pueblo de YPF.
La estafa de YPF organizada por Néstor y Cristina
Cuando Néstor Kirchner era gobernador de Santa Cruz en el año 1993 hizo un trueque con el gobierno nacional de Carlos Menem: El Estado nacional le pagó U$S600 millones de dólares al gobierno de Kirchner en un acuerdo extrajudicial por regalías petroleras, a cambio de lo cual Kirchner le votaba en diputados a Duhalde la Ley del Fondo de Reparación del Conurbano Bonaerense. Ese trueque les permitió a Duhalde hacerse de una enorme masa de dinero para gobernar Buenos Aires, y a Néstor Kirchner una enorme masa de dinero, que Néstor se ocupó de que no figurara en la contabilidad oficial de la provincia.
Con esa enorme masa de dinero Néstor se lanzó a hacer toda clase de negocios: compró acciones de YPF por 290 millones; otro tanto, lo depositó en plazos fijos en el exterior y adquirió títulos de deuda y acciones de otras empresas, En noviembre de 1996, 5 diputados de la oposición santacruceña fueron al Banco Provincia de Santa Cruz requiriendo información y se encontraron con que el banco estaba vaciado, ya que había otorgado créditos por más de US$ 252 millones que declaró incobrables. Néstor Kirchner les cortó la luz a los 5 diputados, no les permitió ingresar alimentos y les mandó la policía para que no pudieran investigar más.
En 1998, el Banco Santa Cruz fue privatizado y entregado al Grupo Petersen, a la vez que la deuda incobrable fue estatizada, con lo cual el dinero que se "esfumó" Néstor Kichner hizo que lo pagara el pueblo. El Grupo Petersen era propiedad de Enrique Eskenazi, un estafador profesional que hizo su fortuna comenzando su actividad en el grupo Bunge y Born y que en medio de la dictadura militar, se quedó con una antigua empresa constructora quebrada que se llamaba Petersen, Thiele y Cruz junto a su principal socio y ex-asesor Roberto Dromi, quien en ese momento era funcionario del gobierno de la dictadura militar como intendente de la ciudad de Mendoza. Así, Dromi y Eskenazi se quedaron con el grupo Petersen. Cuando se lanzó la "ola privatizadora" de los 90's el gobierno peronista de Carlos Menem puso como ministro de Obras y Servicios Públicos a Roberto Dromi, el socio de Eskenazi para administrar todas las privatizaciones.

Cristina junto a Enrique Eskenazi
Dromi le entregó a su socio Eskenazi el control del Banco de San Juan, el Nuevo Banco de Santa Fe y del Nuevo Banco de Entre Ríos, entre otros. Néstor Kirchner aprovechó para darle el Banco de Santa Cruz a Eskenazi para poder tener un socio que le permitiera llevar adelante la estafa de quedarse con el dinero de YPF. Un año después, en 1999, cuando Menem privatizó YPF, Néstor aprovechó para vender la totalidad de las acciones de YPF que le pertenecían a la provincia de Santa Cruz por un total de 1.100 millones de dólares, con lo cual a los U$S600 millones que había cobrado por regalías en el arreglo con Duhalde, ahora se sumaban U$S1.100 millones mas que cobraba por vender las acciones YPF, llegando a sumar un total de U$S1.700 millones de dólares.
Esa fabulosa masa de dinero que no estaba en la contabilidad oficial de la provincia, Néstor Kirchner necesitaba colocarlo en cuentas particulares que luego pudieran desde allí pasarlas a cuentas off-shore en el extranjero en paraísos fiscales. Consultando con banqueros amigos como Eduardo Caffaro, luego premiado por Néstor cuando llegó a la presidencia como director del Banco Central de la Nación, y Aldo Ducler el dueño de la mayor sociedad de bolsa de Buenos Aires llamada "Mercado Abierto", comenzó el proceso de fuga de capitales que junto a Corporaciones Globales como Credit Suisse, y Morgan Stanley, los Kirchner pudieron llevar a cabo gracias a sus banqueros amigos, y sus amigos del Grupo Petersen.
Néstor y Cristina vacían YPF para estafar al pueblo
Cuando Néstor Kirchner llegó a la presidencia de la Nación en el año 2003, comenzó a extorsionar a Repsol para obligar a la multinacional a aceptar un "socio argentino" en YPF. Repsol accedió a negociar la entrada de una empresa argentina a YPF en el 2007 en reuniones con Julio de Vido, en las cuales el gobierno de Nestor Kirchner impuso que se le vendiera primero el 15% y luego un 10%, o sea el 25% del paquete accionario de YPF, a sus amigos los estafadores del Grupo Petersen comandados por Eskenazi. O sea, el 25% de YPF quedó en manos de los socios de Nestor Kirchner que hab´ían ayudado a "lavar" los 1.700 millones de dólares de Néstor, en bancos y paraísos fiscales.
Eskenazi nunca se había dedicado al petróleo, pero gracias a las negociaciones de Néstor con Repsol se quedó con el 25% de YPF. Así apareció un nuevo dueño de YPF: El Grupo Petersen, un grupo tan amigo de los Kirchner que cuando fueron investigados por enriquecimiento ilícito, los Kirchner dijeron que su fortuna se debía a que despositaban dinero en cuentas del banco de Santa Cruz a una tasa de interés muy alta que sólo Eskenazi les pagaba. Únicamente podían mentir tan burdamente porque contaban con la complicidad de Eskenazi. Es decir, los verdaderos dueños del 25% de YPF eran los Kirchner, de los cuales los Eskenazi era sus testaferros.
Para poder entrar en YPF el Grupo Petersen no puso un peso. Recibió un préstamo de US$ 1.018 millones de un grupo de bancos integrado por Credit Suisse, Goldman Sachs, BNP Paribas y Banco Itaú Europa, y otro de U$S1.015 millones de Repsol para adquirir primero el 14.9% de YPF. El otro 10% en 2011, la familia Eskenazi lo compró con U$S670 millones de dólares que les otorgó un consorcio formado por Banco Itaú, Standard Bank, Credit Suisse y Citibank. Además, Repsol permitió que el Grupo Petersen pasara a ocupar la presidencia de YPF a cargo de Sebastián Eskenazi, el hijo de Enrique Eskenazi. Los préstamos del Grupo Petersen se pagaron con las regalías de YPF, o sea el 25% de los Eskenazi- Kirchner salió gratis, pagado por el pueblo.
Durante todo ese período los españoles de Repsol, y los "argentinos" del Grupo Petersen fueron favorecidos por la política de que el 90% de las ganancias de la empresa se destinaran a pagar a los accionistas. Sólo el 10% quedaba para que YPF pudiera pagar sus costos, su infraestructura, sus salarios, una vergonzosa política de "vaciamiento" de la empresa perpetrada por el imperialismo y los Kirchner para enriquecerse. Néstor y Cristina no vacilaban en apropiarse de las ganancias del mayor patrimonio del país. Sin embargo, nuevos y m´as vergonzosos capítulos llegarían tras la muerte de Néstor Kirchner en el año 2010.
Cristina estafa al pueblo mientiendo sobre la "estatización"
Cuando murió Nestor Kirchner todos estos negocios quedaron a la deriva. Muchas de estas maniobras de evasión fiscal, lavado de dinero o fuga de capitales eran manejados personalmente por Néstor, y ya nadie tenía la capacidad de saber los alcances del negocio, cuántas cuentas había, dónde estaban, quién las manejaba, dada la magnitud de la estafa montada por los K con YPF. A partir de allí Cristina, Máximo Kirchner y todo el círculo K se abocó a reconstruir el patrimonio familiar que Néstor manejaba con mano férrea. Y ahí comenzaron a surgir las peleas, las pugnas y las disputas que llevaron a la "estatización" de YPF.
Cuando las reuniones de Cristina con Sebastián Eskenazi sobre la "herencia" que había dejado Néstor fracasan en medio de escandalosas peleas, Cristina lo expulsó de su despacho el 27 de diciembre del 2011. Las relaciones se rompieron porque ninguna de los anteriores socios de Néstor estaban dispuestos a darle la propiedad de los bienes a Cristina: Lázaro Baez, Enrique Eskenazi, Aldo Ducler, todos aquellos que eran socios y hacían negocios con Néstor se mostraban reacios a proseguir y compartir esas actividades con Cristina. Toda clase de rumores comenzaban a extenderse, incluído que el dinero del cobro de regalías que Néstor hab´ía recibido en el "trueque" con Menem del año 1993 se encontraba en una cuenta del Credit Suisse, y que ese monto de 500 millones de dólares había actuado como respaldo de los préstamos que se le otorgaron al Grupo Petersen.
La respuesta de Cristina al rechazo de los socios de Néstor fue la de estatizar YPF para echar a Repsol y a los Ezkenasi de la empresa. Bajo el argumento de que había "desinversión" en YPF, algo que era obvio porque venía sufriendo un vaciamiento, el 16 de abril de 2012 Cristina Kirchner en su carácter de presidenta de la nación presentó el proyecto de ley "De la soberanía hidrocarburífera de la República Argentina" que declaraba de "interés público" el "autoabastecimiento de hidrocarburos", argumentando que "no es un modelo de estatización sino de recuperación de la soberanía, manteniendo el modelo de sociedad anónima.
Simultáneamente, dictó un decreto de necesidad y urgencia (DNU) mediante el cual se intervenía YPF durante un periodo inicial de 30 días y se nombraba como interventor a Julio de Vido, ministro de Planificación Federal, acompañado por el viceministro de Economía Axel Kicillof. El 9 de abril del 2012, el Poder Ejecutivo publicó un decreto por el que ampliaba la expropiación incorporando a la empresa distribuidora de gas licuado envasado Repsol YPF Gas S.A, el principal proveedor del combustible que esta empresa procesa, fracciona y comercializa.
El 3 de mayo de 2012 se aprobó finalmente el proyecto en el Parlamento con un amplio consenso de las fuerzas políticas. Julio de Vido, desplazó a Enrique Eskenazi y su hijo, Sebastián, hasta entonces presidente y vicepresidente primero de la empresa, respectivamente, y los demás ejecutivos de Repsol y del Grupo Petersen abandonaron el edificio de YPF. El estado resarció a Repsol, mientras que al cambiar el contrato de YPF, el Grupo Petersen perdió las acciones que quedaron en manos de los bancos que le habían dado los préstamos, lo que llevó al Grupo Petersen a declarar la quiebra en España. A pesar del desembarco de La Cámpora en la Junta Accionaria de la empresa, más del 80% de la producción de petróleo y del gas siguió en manos privadas, y en su gran mayoría de empresas imperialistas.
El acuerdo con Chevron, firmado en 2013, expuso el verdadero trasfondo de la nacionalización de YPF bajo la gestión de Axel Kicillof. Lejos de apuntar a una auténtica soberanía energética, el gobierno de Cristina Kirchner buscaba atraer al gran capital imperialista para impulsar la exploración y producción de hidrocarburos. Para ello, se establecieron condiciones excepcionales que facilitaron la entrada de capitales extranjeros, selladas en un acuerdo secreto. Así, quedó en evidencia que los intereses del gran capital prevalecían por encima de cualquier retórica sobre soberanía nacional.
La supuesta "estatización" fue un procedimiento tan mal hecho, en términos burgueses, que habilitó a que los buitres extranjeros pudieran hacer juicio contra el estado argentino. El estatuto de YPF establecía que el Poder Ejecutivo estaba obligado a ofrecer la misma opción de compra que le ofrecía a Repsol a los demás accionistas, pero nunca Cristina y su gobierno le ofreció esa posibilidad al Grupo Eskenazi. De esa violación del estatuto se agarra el Grupo Eskenazi para hacer juicio, un reclamo que luego fue comprado por el fondo especulativo Burford Capital. Y así es como llegamos al fallo de la Jueza Preska, con la consiguiente pérdida de patrimonio nacional, de un país con un 60% de pobreza mientras banqueros, y Corporaciones se enriquecen a costa del vaciamiento de YPF.
¡Basta de peronismo, kirchnerismo y reformistas!
No es la primera vez que grupos como Burford busca hacer negocios a costa de beneficiarse de nuestro país, u otros países vulnerables. El imperialismo aprovechará cada oportunidad para extraer riquezas, apropiarse de recursos de los países pobres, y sobre todo enriquecer a las clases dominantes. A eso apuntan fallos como el de la jueza Preska. La justicia jamás investigó el caso YPF a pesar de que abundan las denuncias, todas duermen el sueño de los justos en la justicia.

En el círculo: Aldo Ducler
Aldo Ducler, el banquero que le ayudó a Nestor a fugar las divisas murió en el 2017, en medio de denuncias por parte de la Justicia de México y el FBI de los Estados Unidos por tener negocios con el narcotráfico de México, y de haber lavado millones de dólares del Cartel de Juárez a través de su empresa Mercado Abierto. Hemos tratado de explicar toda la compleja trama de negocios capitalistas detras de la cuestión de YPF que tienen en el centro de la escena a Néstor y Cristina Kirchner, y a todos sus socios. Con este panorama sobre la mesa, queda claro porqué desde el Nuevo PST nos negamos completamente a salir de defensa de Cristina Kirchner cuando la justicia la encarceló por otra causa, entre las tantas causas que tiene por hechos de corrupción.
Quienes deben explicar porqué salieron a plantear la mentira de la "proscripción" de Cristina son el PTS, el PO, el MST, IS, Política Obrera, el Nuevo MAS, etc. Todos esos grupos mienten sobre la proscripción cuando durante 17 años en medio de toda clase de denuncias Cristina fue 2 veces presidente, senadora y vicepresidenta. Nada mas falso lo de la supuesta "proscripción", cuando vemos la magnitud del robo, desfalco y vaciamiento que el kichnerismo hizo sobre la economía del país. La única manera de derrotar esta pòlitica de vaciamiento, y romper con el dominio semi colonial que sufre nuestro país es terminar con el peronismo y el kirchnerismo, y darle la espalda a los reformistas que se dicen de izquierda, o marxistas pero son socialdemócratas que corren detras de dirigentes burguesas como Cristina para apoyarlas.
El balance de lo que ocurrió con YPF es claro: Te invitamos a construir una herramienta revolucionaria que no se arrodille ante Cristina ni ningún dirigente burgués, y que impulse un nuevo Argentinazo que derrote al gobierno de Milei y a todo el régimen de los explotadores. Esa es la propuesta que te hacemos desde el Nuevo PST para pelear por un gobierno obrero y popular, terminar con la Argentina capitalista e iniciar la lucha por una Argentina socialista como parte del socialismo mundial.
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